Este 2012, nuevamente la misa principal, volvió a realizarse en el estadio de nuesta comunidad.

FIESTA NATURAL...

Sin lugar a dudas, cada Santo persiste en la memoria inconsiente y colectiva del pueblo, según la cantidad de peregrinos y devotos que los profesan y veneran. Este Santo es muy recurrente por su cantidad de fieles seguidores...
Crucero no es la exepción... por lo mismo es que se realizó este blog ... esperando que esta conmemoración importante para la comunidad Crucerina, persista en el tiempo, para ver nuestra hermosa fiesta tradicional por muchos años más ....

Saludos para todos los amigos de Crucero ....

San Sebastian en Crucero

Este blog fue creado con la única intención de promover y dar a conocer la celebración de la festividad religiosa de San Sebastián, cada 20 de Enero en la localidad de Crucero, Comuna de Rio Bueno.

santo de mi devocion.

Hijo de padres ricos y nobles, nació en Narbona, Francia y de muy joven recibió el Bautismo. Se alistó en el ejército romano precisamente para practicar y convertir al cristianismo a sus camaradas y a cuantas personas pudiese. Creía que podría hacer un gran servicio a la Iglesia.

Fue martirizado en el año 288 d.C.
Era Sebastián un soldado valiente, que formaba parte de la guardia del palacio imperial y siempre atraía las simpatías de cuantos le conocían.
El emperador era entonces Diocleciano y lo nombró capitán jefe de su guardia personal, y le distinguió con altos honores.
Pero el emperador no sabía y no aceptó que su tan aguerrido oficial fuese cristiano y no adorador de los dioses del Imperio.
En cuanto lo supo, dejó ya de ser su preferido, tuvo que padecer los más crueles castigos, hasta morir por no haber querido renegar de su fe.

El que se había ganado la confianza del emperador por haberse destacado en muchas batallas como uno de los soldados más intrépidos y también por sus costumbres ejemplares, desde que confesó ser cristiano, fue odiado por él con verdadera ferocidad.

Ni con promesas ni con amenazas pudieron hacerle renunciar a la religión de Jesucristo. Y por esto fue condenado a morir a saetazos, atado a un palo, muy cerca del palacio del emperador.

Las flechas fueron hiriendo su cuerpo y llenándolo de sangre. Los arqueros disparaban sin cesar y sin equivocar un solo disparo. Pero Sebastián iba sonriendo y tenía los ojos brillantes de una alegría celeste. Por fin los cerró, y su cabeza y cuerpo cayeron desfallecidos.

Los verdugos lo dejaron, creyéndole muerto... Sin embargo, vivía aún.


Una santa mujer, llamada Irene, hizo retirar su cuerpo para darle sepultura; pero viendo que respiraba, lo hizo llevar a su casa, curándose en pocos días todas sus heridas.
Entonces, en vez de esconderse, se presentó con más valor que antes al emperador, que se llenó de pánico al verle, pues le creía ya muerto y sepultado.
El Santo Mártir proclamó ante él su fe y le reprendió por su crueldad.
Indignado, el emperador le echó de su presencia, mandando que fuese azotado hasta una muerte.

Así se cumplió. Y para impedir que los fieles lo sepultasen, echó el cadáver en una cloaca.
Pero Santa Lucina tuvo por la noche una visión, en la que el propio Mártir le dijo dónde estaba su cuerpo y dónde quería se le enterrase. La santa cumplió el encargo; y el glorioso héroe fue enterrado en unas catacumbas, sobre las cuales se edificó y existe todavía, una iglesia en honor suyo.


Oración de San Sebastián

San Sebastián que alcanzaste de Dios tanta fe y caridad que llegaste a sacrificar tu vida por obedecer a Dios y socorrer a tus hermanos cristianos.

Ahora que vives junto a Dios escucha las plegarias y súplicas de los que te invocan en este Santuario de Crucero con gratitud, fe y devoción, y acuden a ti desde los campos, pueblos y ciudades.

Mártir de Cristo, alcánzanos de Dios que, confesando nuestra fe, acojamos el Reino anunciado por Jesucristo con verdadero espíritu de penitencia y vivamos como hijos de Dios.

Que nuestros hogares sean verdaderas "iglesias domésticas" en donde florezca la santidad, reinen el bienestar, la alegría y la paz.

Que en nuestro trabajo reinen la justicia y la concordia.

Líbranos de todo egoísmo y maldad para que fraternalmente unidos vivamos en esta hermosa tierra que Dios nos ha dado de acuerdo con los valores del Reino: especialmente la verdad, la justicia y el amor.

Intercede por nuestra Iglesia para que bajo la protección de María, nuestra Madre, nos lleve siempre a Cristo, fuente de eterna felicidad.

San Sebastián, escucha nuestros ruegos, danos fuerza y confianza para que siguiendo tu ejemplo de fe, esperanza y caridad podamos alcanzar la vida eterna que Jesús promete a los que perseveran hasta el fin.